Así como las empresas fabricantes de teléfonos móviles como Apple o Samsung suelen ser muy conocidas esto no es así con los fabricantes que venden equipos de telecomunicaciones para los operadores tanto fijos como móviles.
En los últimos días hemos conocido la compra de Alcatel-Lucent por la compañía finlandesa Nokia muy conocida por sus teléfonos ya que fue la empresa líder durante muchos años. Esta compra deja el mercado de los proveedores de equipos de telecomunicación en manos de tres empresas. La sueca Ericsson, la china Huawei y la finlandesa Nokia.
Esto no quiere decir que no haya más empresas de equipos de telecomunicaciones pero solo estas tres cubren (Nokia lo hará cuando se termine la fusión) todos los posibles equipos de una red móvil o fija y son las únicas pueden desplegar con garantías una red móvil que soporte las tres generaciones de telefonía móvil. Además son las que están participando más decisívamente en la futura quinta generación.
¿Porqué se ha llegado a esta situación?¿Porqué solo hay tres empresas? Para entenderlo vamos a ver un poco de historia.
El sistema GSM comenzó en la década de los 90 y alcanzó su primer millón de abonados en el año 1994. A partir de aquí el desarrollo fue espectacular alcanzando los 100 millones en el año 1998. El sistema GSM estaba realmente bien diseñado permitiendo un gran número de abonados por antena, funcionando muy bien en un coche en marcha y, como gran diferencia con los sistemas anteriores, permitiendo el uso en otros países con la funcionalidad roaming.
En este entorno de gran expansión muchas empresas se incorporaron a un sector en rápido crecimiento y en el que se ganaba mucho dinero que permitía a su vez las inversiones necesarias en I+D. Todo esto siguió así hasta los primeros años del siglo XXI.
Y ¿Qué ocurrión entonces? Todo apuntaba a que todo seguiría igual con todas las empresas preparando la tercera generación que añadiría nuevas funciones como la videollamada y las conexiones de datos de alta velocidad. Las claves fueron las siguientes:
- En el año 2000 se subasta el espectro radioeléctrico en Reino Unido y Alemania, y el resultado final es que los operadores tienen que pagar un precio muy superior al que habían pagado hasta entonces. Esto marcó una tendencia y, a partir de entonces, el coste de las licencias empezó a ser muy importante para los operadores.
- Mucho países permitieron un cuarto o incluso quinto operador lo que incrementó la competencia de una manera feroz. Esto fue bueno para los clientes pero malo para los operadores que vieron reducido su negocio en un momento en el que el coste de las licencias se incrementaba.
Como consecuencia de ello los operadores comenzaron a aplicar una política de reducción de costes que impactaba directamente sobre los proveedores en un momento en el que los gastos de I+D eran muy altos por el desarrollo de la tercera generación o 3G.
El resultado fue que los planes para la tercera generación se retrasaron y tuvo un despliegue mucho más lento que el que tuvo GSM. Además comenzó una lenta sucesión de quiebras y fusiones que ha desembocado en la situación actual.
Y ¿Ahora qué? Lo más probable es que este sea el final de esta consolidación. En un mercado consolidado con grandes necesidades de inversión y con gran presión en los precios el número óptimo es tres. A los operadores no les interesa menos porque sería un duopolio y cuatro o más no es posible porque no habría negocio para todos.
Pero la presión a la baja de los precios continua y, curiosamente, no se ha producido una consolidación similar en los operadores (Hay más de 800 en el mundo). Lo más probable es que este proceso de consolidación se translade ahora a los operadores reduciendo su número y aumentando su tamaño.
Los representantes de Alcatel-Lucent dispondran de tres puestos de nueve o diez en el consejo de administracion, entre ellos el de vicepresidente.